Un estadio deportivo de primera división estaba ampliando su compromiso con la sostenibilidad, pero disponía de un espacio limitado para clasificar eficazmente su elevado volumen de material reciclable. Como resultado, los flujos de residuos reciclables, como plástico, cartón y orgánicos, se contaminaban y rechazaban en las instalaciones de reciclaje, además de suponer un coste adicional para su eliminación.
Equipos a medida
Para resolver el problema de espacio, RTS creó compactadores de residuos divididos que permitían a las operaciones del estadio clasificar varios flujos de materiales en un solo compactador y eliminar el riesgo de contaminación. Los compactadores se cargaron rápida y fácilmente en el camión de transporte y se llevaron a la instalación adecuada.
Formación y adopción
Para aumentar aún más la eficiencia del flujo de residuos, RTS puso en marcha un programa de reciclaje mejorado en la parte trasera del estadio. El programa incluía señalización para identificar claramente cómo se debían clasificar los residuos en los contenedores de reciclaje u orgánicos adecuados. El equipo de RTS, con acreditación LEED, también llevó a cabo una serie de cursos de formación in situ con el personal de concesiones, conserjería y operaciones para apoyar la adopción del programa y simplificar el proceso de clasificación y retirada.
Métricas de desvío
El estadio pudo medir sus objetivos de desvío a lo largo del tiempo, ya que RTS realizó un seguimiento automático y notificó los totales mensuales de materiales retirados -incluidos basura, reciclaje y orgánicos-, así como la documentación de las instalaciones de destino. RTS también supervisó los puntos de recogida de reciclado y comunicó inmediatamente al equipo de operaciones si una carga estaba contaminada.
La solución del compactador aumentó la eficacia operativa y ayudó a reducir el riesgo de contaminación.
Cada año se desviaron de los vertederos 1.070 toneladas de cartón, metal y plástico, y se desviaron y compostaron otras 650 toneladas de residuos orgánicos.
Los esfuerzos de desvío lograron un ahorro de casi 20.000 dólares en costes en un periodo de 12 meses.
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